Por Rafael Gómez. – Para nadie es un secreto que los grupos paramilitares que existen en diversos países son creados con distintos propósitos y financiados de forma ilegal por sectores con gran poder político y económico.
Uno de esos propósitos, siendo el más común, es el de la desestabilización de sistemas de gobiernos que, por sus políticas de Estado, hacen cambiar de rumbo -de lo positivo a lo negativo- la línea de tendencia que refleja la gráfica sobre los recursos económicos de estos sectores de poder clandestinos.
Estos grupos paramilitares civiles y armados también son usados por gobiernos para amedrentar, eliminar o golpear severamente a líderes políticos opositores, neutralizar partidos y movimientos sociales “peligrosos” al régimen de turno, especialmente cuando estan muy bien estructurados, consolidados y con gran poder de convocatoria que pueden alterar el sistema político dominante.
Mayormente lo integran hombres y mujeres que tienen cuentas pendientes con la justicia, y que han sido rechazados por la sociedad por sus actos delincuenciales.
En su momento, son reclutados por fuerzas militares y policiales para llevar a cabo la implementación del terror a base de crímenes, secuestros, violaciones, asaltos y extorsión con impunidad y total protección.
Muchos son extremistas de derecha, izquierdistas, fascistas, liberales y racistas. Reciben con facilidad armas y municiones de forma clandestina para llevar a cabo sus propósitos.
En la mayoría de los casos, están muy bien entrenados y capaces de competir con fuerzas militares y policiales mejor adiestradas.
Entre los países de Centro y Sur América que más han sufrido la presencia de estos grupos paramilitares están Colombia, Brasil, Chile, México, Argentina, Venezuela, Perú, Costa Rica, Honduras y Nicaragua.
También en Alemania, España, Italia y Sudáfrica. Y en el Caribe: Haití, República Dominicana, Cuba y Puerto Rico.
Cuando las autoridades fallan en la protección y seguridad de sus ciudadanos, poblaciones se han visto en la necesidad de crear grupos paramilitares de autodefensa para proteger ciudades y/o comunidades de la violencia y la criminalidad.
Ante la delicada situación delincuencial que se vive en Haití, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó el pasado 30 de septiembre la creación de una Fuerza de Eliminación de Pandillas para tratar de devolver la paz a ese olvidado país.
La existencia de ese tipo de banda de malhechores no es fortuita. Al igual que los famosos grupos paramilitares de otras naciones, estos están financiados por sectores de poder político y económico de gran influencia, dentro y fuera de ese país.
La nueva iniciativa por la paz en Haití ha sido una resolución impulsada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Panamá, José Raúl Mulino.
Los reportes de la ONU, a través de su Alto Comisionado para los Derechos Humanos, aseguran que 4,239 personas han sido asesinadas en Haití por las bandas armadas que ya tienen una estructura de 5,500 pandilleros poseedores de más de 500 mil armas de todo calibre.
¿De dónde proceden las costosas y modernas armas con las cuales enfrentan con éxito no solo a la policía y militares haitianos, sino a la fuerza policial keniana que fue allí como Misión Multinacional de apoyo a la Seguridad?
Si hay voluntad verdadera de Estados Unidos, la ONU y otras naciones del hemisferio occidental, el propósito de esta nueva misión está asegurada.
Recientemente, EE.UU incorporó a “su lista negra” de sanciones para actuar contra Dimitri Herard y Kempes Sanon, que junto a Vitel Homme Innocent y Jimmy “Barbecue” Chérizier son parte de los reconocidos líderes de las bandas armadas que operan en Haití.
Herard es un antiguo miembro de la policía haitiana, que fue relacionada con el asesinato en 2021 del entonces presidente Jovenel Moise, y Sanon es señalado como el líder de la temida banda Bel Air.
El presidente del Consejo Presidencial de Transición de Haití, Laurent Saint-Cyr, apoyó la nueva resolución. El presidente de República Dominicana, Luis Abinader, también.
De no eliminarse el apoyo político y económico que reciben desde el exterior, así como el cierre hermético de la entrada por donde les llegan las armas, las municiones y los millones de dólares para su operación, la nueva Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití difícilmente tenga éxito.
Jenchy Suero
Jesús Antonio Suero Castillo (Jenchy Suero), nació en San Juan de la Maguana, catedrático universitario, comunicador y abogado. Ha dirigido diversas entidades profesionales y organizativas de la sociedad, etc. Jenchy Suero, conduce y produce el programa televisivo: “Primera Hora” y conduce “Panorama Social, ambos cada día de lunes a viernes en la televisión de Santo Domingo República Dominicana.