Si alguien en algún momento me preguntase qué pienso del mundo y qué prefiero, mi respuesta sería:

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Por: Nicolás Jiménez.- Respondería que el mundo es un espejo de nuestras elecciones, un lugar lleno de contradicciones: belleza y caos, humanidad y egoísmo, creación y destrucción. Creo que vivimos en un tiempo, donde los valores como el respeto, la empatía y la honestidad luchan por sobrevivir en medio de los intereses personales y económicos, en donde la indiferencia y la preferencia por destruir predominan. Pero también pienso que, incluso en medio de tanta confusión, hay destellos de bondad que nos recuerdan lo mejor de nosotros mismos.

Sin embargo, no quiero un mundo de muertos, ni en el sentido literal, ni en el figurado. No quiero un mundo donde las personas estén vivas físicamente, pero apagadas espiritualmente, desconectadas de lo que importa realmente: el amor, la solidaridad, la búsqueda de un propósito más allá de lo material.

Prefiero un mundo donde la vida tenga sentido, donde la humanidad no solo sobreviva, sino que florezca.

Prefiero un mundo donde la prepotencia y la malignidad no existan; espero esto es una utopía sin legitimidad y vida.

Si pudiera elegir, preferiría un mundo que valorase más la integridad que el poder, más la conexión humana que la tecnología desmedida, más la cooperación que la competencia vacía. Un mundo donde se recuerde que cada acción, por pequeña que sea, tiene un impacto en los demás y en el planeta que compartimos.

Prefiero un mundo sin marginalidad, de respeto al ser y a la preferencia personal siempre que se sustente en valores éticos y respeto a la vida y a la sana libertad, en especial si es responsable.

Prefiero el silencio que el protagonismo sonoro, cuyas voces destruyan la solemnidad del buen silencio de una vida humana, crítica y comprometida con un cambio que sea verdadero, que la verdad sea verificada en favor del bien y la buena humanidad global, regional, local, familiar y personal.

En fin, no quiero un mundo de muertos, ni en el sentido literal, ni en el figurado. No quiero un mundo donde las personas estén vivas físicamente, pero apagadas espiritualmente, desconectadas de lo que importa realmente: el amor, la solidaridad, la búsqueda de un propósito más allá de lo material. Prefiero un mundo donde la vida tenga sentido, donde la humanidad no solo sobreviva, sino que florezca.
Prefiero un mundo que probablemente no existirá, pero que se confirme la lucha por buscar su existencia; prefiero trabajar por una creencia y construir una verdadera utopía social, humana, inclusiva y sostenible, donde su lucha no se doblegue al gran poder. Gracias por leerme mis sentimientos y creencias.

Hasta la próxima. Nicolás Jiménez.

Jenchy Suero

Jenchy Suero
Jesús Antonio Suero Castillo (Jenchy Suero), nació en San Juan de la Maguana, catedrático universitario, comunicador y abogado. Ha dirigido diversas entidades profesionales y organizativas de la sociedad, etc. Jenchy Suero, conduce y produce el programa televisivo: “Primera Hora” y conduce “Panorama Social, ambos cada día de lunes a viernes en la televisión de Santo Domingo República Dominicana.

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